A medida que la industria se conecta, la seguridad cibernética se desconecta. Cuantos más dispositivos conectados en el IoT (Internet of Things o el internet de las cosas) existan, más arquitecturas se conecten y más tecnologías aparezcan, la ciberseguridad acabará siendo una cuestión vital. De hecho, ya lo es. Desconectar para innovar y el momento eureka.
Los ciberataques serán nuestro enemigo. Según Microsoft en su encuesta "IoT Signals": el 50%, aproximadamente, de empresas que han adoptado IoT están preocupados por la privacidad de datos, el 40% por la seguridad de la red y menos del 40% están preocupados por la seguridad del dispositivo.
¿Y si te digo que lo que debe preocuparte es la seguridad del dispositivo? Sí, la preocupación menos preocupante. Es el eslabón más débil de la cadena y por tanto, el más accesible. Tú mismo estás siendo un hacker de tu ciberseguridad, estás dejando al descubierto información personal o profesional. A veces estamos tan influenciados por grandes luchas que olvidamos las pequeñas batallas. A veces, parar y desconectar nos da esas visión para entender la importancia de implementar tecnologías e incluso de pensar en nuevas soluciones (momento Eureka).

Si en el Cloud encontramos una tecnología muy madura en cuanto a seguridad, en el Edge Computing (la computación en el borde) todavía no. Para quien no lo haya escuchado todavía, es una forma de procesas información. Es decir, como tener un ordenador conectado a un sensor que recoge datos y así trabajarlos directamente sin tener que llevarlo a una nube con el resto de datos. Un recién llegado para algunos es el análisis en el borde, aunque he de decir que se "nos viene encima". Las smart cities ya son nube, el mantenimiento predictivo dejo de ser futuro para estar presente y los gemelos digitales son reales, aunque vivan en una realidad virtual.
El 5G tiene, por diseño, la seguridad y la privacidad integrada
Tanto en Cloud como en Edge, debemos prevenir, proteger y reaccionar. Pero especialmente en el Edge debemos vigilar toda la solución incluido el dispositivo porque la computación descentralizada tiene muchas más vectores de vulnerabilidad. La idea es que los dispositivos tengan su forma propia de autentificarse, actualizarse con parches y ser capaces de reportar errores para ver cuáles son las vulnerabilidades.
La gran ventaja es que el Edge tiene a un compañero de viaje perfecto, el 5G. El 5G tiene de forma innata, por diseño, la seguridad y la privacidad. Si además le agregamos otro ingrediente, la seguridad cognitiva, tenemos un cóctel perfecto para apoyar a esta seguridad tan ansiada y garantizar que todo está controlado de principio a fin.
La gran mayoría de los usuarios de IoT integran tecnologías emergentes y es una gran apuesta, pero también una apuesta a ser vulnerables si no somos conscientes de que necesitamos protegernos. Para poder hacer frente a nuevas integraciones debemos pensar con una mente mucho más abierta y visión de futuro. Debemos saber de qué modo nos afecta y cómo van a poder responder nuestros equipos, humanos o máquinas. He aquí la clave de la creatividad. No debemos pensar como meros usuarios que toman medidas de forma estándar. Debemos pensar en un futuro lejano. Debemos pensar qué solución será la más adecuada según nuestra estructura de organización o nuestro sector. Nunca copiar nos dará la solución óptima. Nosotros somos únicos.
A veces, el pensamiento único de la unanimidad es una opción cómoda en las organizaciones. ¿Para qué ser diferente? El amable colchón del consenso y la aniquilación de la disidencia conducen irremediablemente a no tener que pensar. ¿Para qué? Y claro, pasa lo que pasa. Mismos errores, la aceleración del retroceso.
La innovación llega con la ausencia de digitalización.
¡Sí! Esto es una verdad absoluta en mi vida. A veces (muchas), echo de menos mi Nokia 3310. Pero no los nuevos 3310, echo de menos aquel de mi época de instituto. ¿Quién no piensa que tiene las mejores respuestas o las mejoras ideas en la ducha, bebiendo un vino o escuchando música mientras pasea? ¿Y qué nos rodea? Nada digital. Nada absolutamente. Solo agua, sonidos, colores u olores.
En la era digital, la creatividad es un elemento clave para ser competitivos. La creatividad ha pasado a ser el segundo aspecto más necesario en cuanto a las capacidades que deben adquirir las empresas. Además, McKinsey asegura que las compañías con mayor índice creativo están un 67% por encima en crecimiento orgánico de ingresos respecto al resto. La creatividad ya no es entendida como una mera actividad dedicada a la publicidad, hoy debe ser una capacidad estructural en todas las actividades de la organización.

Afrontar los retos y aprovechar las oportunidades pasa por ser creativo. En un entorno digital, afrontar cambios debe de ir acompañado con ser innovador o creativo. No es algo que deba ser siempre "innato", puede ser trabajado. Desconectar de la burbuja digital, esa en la que muchos viven felices y de la que nunca salen, nos dará esa palanca para avanzar, ese punto diferenciador.
En un entorno digital, afrontar cambios debe de ir acompañado con ser innovador o creativo.
Aunque a veces pienso que nos adentramos en una distopía, como si de repente nos estuviéramos convirtiendo en un libro de Aldous Huxley (Un mundo feliz) o de Ray Bradbury (Fahrenheit). Si eres un "boomer" o “generación X” probablemente serás de los que utiliza las llamadas telefónicas, pero si perteneces a la generación millennial -u otra posterior a esta- probablemente sientes cierta aversión a hablar por teléfono. ¿Me equivoco?
A veces pienso que nos adentramos en una distopía, como si de repente nos estuviéramos convirtiendo en un libro de Aldous Huxley (Un mundo feliz) o de Ray Bradbury (Fahrenheit).
La sincronía telefónica nos hace vulnerables y la comunicación asincrónica -aquella comunicación que se establece entre personas de manera diferida en el tiempo - permite comunicarte en el momento que te resulte más oportuno. Entonces, ¿personas? ¿Cuándo? ¿Dónde? Quizás estemos pensando con una mentalidad que las próximas generaciones no tendrán. Si genera ansiedad hablar por teléfono, ¿quién no dirá que podría generar ansiedad hablar con un barista? ¿o con un médico? ¿o incluso pánico a hablar en público sin una pantalla como intermediaria? ¿Perderemos esos momentos de pensar de forma diferente en el cara a cara, confrontar y debatir sin ningún intermediario digital?
El momento Eureka con un vino
Llega diciembre, mi último artículo del año y qué mejor forma que despedir este mes con vino. Pero me lo voy a lleva a este tema que tratamos hoy, innovación. El vino y su diseño ¿Por qué elegimos una botella de vino si no lo conocemos? Gracias a la innovación y a la creatividad que podemos encontrar en su exterior, además, por supuesto, de la calidad en su interior como punto de partida.
Pero la primera impresión, ¡cuenta! Según Business Insider un consumidor tarda 7 segundos en hacerse una idea sobre un producto según lo que observa. El 52% de los usuarios que hacen una compra online volverían a comprar el mismo producto si el packaging es premium. De hecho, he podido aprender mucho gracias a WineFluencer sobre transformación digital, innovación y vinos. Para lo que quieran saber más, pueden seguirla en Instagram.

Si echamos la vista atrás, vemos que desde hace algunos años tanto la etiquetas como las cajas contenedoras han experimentado una gran evolución. Y a su vez, cada vez más presentes están las pequeñas bodegas y los vinos de producción natural y ecológica. No hace mucho me encontré con una botella de casualidad, era una botella en forma de carta medieval, entre poema y lacre en un entorno sapiens. La iconización, la personalización, el formato y la importancia del “storytelling” o del relato, hacen que nos transportemos más allá de la botella. Paremos por un momento, desconectemos, pensemos más allá de la digitalización, conversemos y compartamos ideas diferentes. Este momento de desconexión es lo que nos ayudará a tener mejores ideas o construcción de ideas gracias a los perfiles que nos rodean. Y si es con un vino entre manos de cara a este 2024, mucho mejor.
«El placer es el principio y el fin de una vida feliz» Epicuro
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