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El metaverso o perdidos en el verso

Foto del escritor: Paloma Muñoz BaenaPaloma Muñoz Baena

¿Cuántos likes equivalen a un beso en el Metaverso? De lo humano y lo divino en la tecnología.

Metaverso: escrito, escuchado, leído hasta decir basta este 2022. Parece que no hay otra palabra sobre al faz de la tierra. Algunos se empeñan en aparentar que saben, otro ni saben y otros que saben no son capaces ni de aparentar que andan en discordia con dicho término. Me incluyo en este último grupo (aunque, ¿seré una ignorante motivada a pesar de ser una igneniera muy leída?)

Y como escuché una vez, no hay nada peor que un ignorante motivado o lo que viene siendo, el atrevimiento del ignorante. Aunque aquí, ignorantes podemos ser todos. Porque no es cuestión de conocimiento, es cuestión de forma o de 00100100.

«Yo quiero hablar de la vida», nos repetía Pau Donés en su última entrevista. ¿Y en qué quedará nuestra "vida"? Pienso en qué pasará con el Metaverso, ¿será parte de nuestras vidas? Algunos serán impulsores y otros detractores pero es indiscutible que "el concpeto" vivirá entre nosotros.

¿Nos reconocermos a nosotros mismos cuando el renococimiento facial es actualidad pero la tendencia es realidad virtual? ¿Será capaz la Generación X, W o V (desconozco las letras venideras) de integrarse un grupo social? Los «los millennials más viejos» que nos enganchamos, más bien tarde, ya sin tregua a internet parece que todavía tenemos un pie en la realidad, la realidad real que no virtual.

El Metaverso diría que es el resultado de no encontrarse en ningún sitio, ni con la cabeza ni con el corazón. El espejismo digital de estar en todos los sitios a la vez pero en ninguno, una omnisciencia, una omnicalidad. Que ya no sabremos si somos personas o paquetes, si somos offline u online o si la logística inversa tiene coste o viene con rebajas.



Ese anonimato que dan las redes sociales como refugio compulsivo quizás conlleve una disolución de la identidad. Quizás la escritura sea una redención, quizás lo único que no haya cambiado en los últimos años ha sido la dirección de correo electrónico a pesar de las cuatro cuentas restantes.

Y lo que MÁS me HORRORIZA, esas gafas que son insoportables, insufribles, inllevables... todo lo IN que podáis imaginar que significa un todo OUT (quítame eso de la cara que me pesa una tonelada). Por favor, necesitamos un nuevo concepto /diseño.


Aunque me ATRAPA el pensar en el "SMELL- o- VERSE".

OLER mientras "vives" en el Metaverso. Viajar al mar o al campo sin moverte además de olerlo, aunque sea artificial. Quizás por unos minutos, no esté nada mal. Quizás una ayuda cuando no hay solución o no hay redención.

Pero como no me quiero quedar en lo digital de las redes sociales ni el Metaverso de lo social, otro día hablaré del Metaverso en la Industria. Y aquí, sí. Lo veo claramente. Apuesto por ello. Por el Gemelo Digital o el Gemelo Convertido a Metaverso.

Y como siempre acabo con una frase, hoy me quedaré con esta.

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos". Friedrich Nietzsche

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