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¿La ciencia ficción “vintage” es la nueva IA?

Foto del escritor: Paloma Muñoz BaenaPaloma Muñoz Baena


La ciencia ficción trata del futuro, un futuro que es la metáfora para hablar del presente. ¿Estamos viviendo una ciencia ficción? Yo diría que sí y ¡qué momento! Hace algunas semanas, alguien me nombraba Skynet. La inteligencia artificial que lidera al ejército de las máquinas en Terminator. Me hizo reflexionar. ¿"Vintage"? O ahora es cuando más sentido tiene esto de la filosofía, la ética y la Humanidad.

2001: Una odisea en el espacio, la famosa película de Stanley Kubrick (basada a su vez en una novela de Arthur C. Clarke) capta magistralmente el miedo de los humanos ante una revuelta de robots porque nos consideren prescindibles y acaben dominando la Tierra, exterminándonos o convirtiéndonos en esclavos. Lo mismo podría decirse de George Orwell cuando buscaba un título para su distopía sobre un estado futuro totalitario y apareció 1984 (cambió el orden de los dos últimos números del año en el que estaba, 1948). Ficción científica, realidad sociológica. Terminator, como decía antes, otra historia que también nos habla de esas máquinas autosuficientes y con conciencia. Eje clave, la IA de Skynet. Por un error de construcción, consigue la autoconciencia y su primera acción es producir una guerra nuclear que casi aniquila a la humanidad. Y por último, unos robots menos catastrofistas, Asimov. En "Yo, robot", todos los robots fabricados en la United States Robotics and Mechanical Men Inc. llevaban grabadas en su cerebro las tres leyes, de validez incondicional, y obligados a cumplirlas en toda ocasión. Las tres leyes reflejan tres pilares fundamentales del pensamiento moral del filósofo inglés: el instinto de autoconservación, el valor de la vida humana y la necesidad de obedecer a la autoridad establecida. En muchos casos una inteligencia robótica- personalizada, está presente. Y cada día más. ¿Miedo a la tecnología? o ¿miedo a los desconocido de forma infundada? También sería curioso tener a Sigmund Freud para que nos hiciera un análisis de lo siniestro actual. Debido a que la experiencia de lo siniestro surge en ese espacio perceptual entre una cosa y la mente (enfatizando los significados opuestos de familiar y desconocido), según Freud y viendo cómo avanza la tecnología y la robótica junto con nuestra percepción, el análisis podría mantenerse en el tiempo. Por ejemplo, a día de hoy existe una confusión casi exquisita entre lo real y lo irreal entre las imágenes reales o una creada con IA. Nada siniestro o sí, según se mire. Sea lo que fuera, estamos en plena revolución. Sigamos leyendo o viendo películas, quizás lo vintage es el nuevo futuro. Decía Asimov en su cuento "La última pregunta": «Multivac: ¿algún día podrá la humanidad, después del constante gasto de energía que necesita, volver a usar la del universo? ¿es posible revertir la entropía?». Después de unos minutos de procesamiento, Multivac responde: «Datos insuficientes para una respuesta esclarecedora».


Perfiles analíticos y creativos para diseñar el futuro tecnológicos

Con este auge y debate sobre la IA, me da que pensar que ni nos va a quitar la inteligencia ni la creatividad y si alguien cree que lo artificial nos lo arrebatará todo, es que nunca tuvimos ni sombra, de una ni de otra. Tan complementaria es una clave de sol al infinito, como una nota musical al número π "pi". Esto me recuerda a Isaiah Berlin y su gran fase: "El mundo se divide en erizos y zorros. Mientras que el zorro sabe de muchas cosas, el erizo sabe mucho de una sola cosa". Y de eso se trata, de la mezcla de los perfiles creativos y de los perfiles analíticos (entre otras aptitudes y actitudes) que, apoyados con herramientas innovadoras, irán avanzando en esta explosión de transformación digital.

Como decía Kavafis: " Ten siempre a Itaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje." Disfrutar de la mayor época disruptora de la historia es la clave. A nuestra disposición, todo tipo de datos para capturar, analizar y entrenar modelos predictivos. ¿Quién dijo imposible?

Porque, aunque no lo parezca, hay una selva estructurada y no arbitraria de etiquetas, normas y protocolo que se debe cumplir. El protocolo es arte hipercodificado en el que nada se deja al azar y donde la improvisación la dejamos un tanto apartada si queremos resultados.


Sin protocolo, rozamos la ilusión y la posibilidad. En cambio, el protocolo organiza y determina. La mezcla de ambas es, en suma, un modo de poder. Del rito al mito, solo hay un paso. Lo que está claro es que los datos son conocimiento. La inspiración de perfiles analíticos a veces viene por un perfil creativo, porque "sin música la vida sería un error" como escribía un conocido filósofo alemán y yo no estaría escribiendo esto ahora.

Los datos son conocimiento

La revolución de la productividad de datos. Hemos llegado a un punto de inflexión, tenemos que aprovechar todo el potencial de los datos y cerrar la brecha entre las expectativas y la productividad de los datos. Primero, demos un paso atrás y veamos cómo definimos la productividad. Mucho más allá de una simple unidad de medida, la productividad es un avanzar; es velocidad combinada con precisión. Cuando se trata de datos, la productividad significa hacer que los datos sean útiles para que podamos lograr nuestros objetivos. Los datos útiles se toman de su estado original y se transforman y enriquecen con métricas para que puedan usarse de manera efectiva para brindar información y acelerar el progreso. Y para el equipo de datos moderno, la capacidad de aprovechar estos datos y ayudar a los usuarios a capitalizar estos matices es lo que impulsa a las empresas hacia adelante. Un cambio de paradigma en la tecnología está ocurriendo porque estamos en un punto donde los datos ahora están creando más datos, lo que lleva al “caos” de datos.

A medida que evolucionamos digitalmente se vuelve cada vez más difícil trabajar con ellos y los viejos hábitos impiden que se creen nuevos procesos. Y ante todo esto, nuestras herramientas “de siempre” ya no valen. Por eso es importante pensar de forma creativa, con la mente abierta y estar dispuestos a cambiar.


La idea es usar los datos de manera efectiva con la estrategia correcta. Con un enfoque moderno sería suficiente para ser utilizados por aquellos que no codifican o programan. Debemos pensar que todos aquellos datos históricos deben integrarse con plataformas de datos heredadas de otras bases de datos, subirse a la nube con el fin de escalar todo ello a toda la organización y adaptarse a lo que mañana se requiera.

Bienvenido a la nueva era de digitalización gracias a los datos. En un mundo y en una época donde las previsiones son volátiles e incluso efímeras, lo único claro es que digitalizarse nos ayudará a hacer frente a los imprevistos.


Estamos en momento histórico y muy retador, es la primera vez en la historia que varias tecnologías alcanzan el mismo grado de madurez al mismo tiempo y que además, entre ellas, se integran para dar unas soluciones tecnológicas al servicio de las necesidades que se nos presentan día a día. ¡Disfrutémoslo!

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